Las restricciones impuestas por la reciente pandemia se levantaron de manera gradual durante el año anterior, y un sector en donde esto tuvo un impacto particular es el educativo. Iniciada la cuarentena, la súbita necesidad de adaptarse a las condiciones de aislamiento y aprendizaje remoto, empujó al sector educativo a aprovechar diversas plataformas de comunicación, transferencia de archivos y educación a distancia que ya existían, aunque no aún en la cotidianidad de la mayoría de la población; así como a adoptar otro tipo de soluciones que se fueron creando en consecuencia de esta situación sin precedentes.
El gradual regreso a clases presenciales que se fue dando en los últimos tiempos, no fue simplemente un regreso a la normalidad tanto como una adaptación a condiciones que, aunque familiares, siguen siendo algo diferentes de las que existían antes de la pandemia. En primer lugar queda preguntarse, ahora que se avanzó tanto en el desarrollo y la adopción de soluciones de educación remota, ¿se harán a un lado estos avances en favor de volver a las clases como eran anteriormente?
En términos de conveniencia y flexibilidad, por ejemplo, tener la opción de asistir a una clase desde casa es un beneficio que se puede dar a los alumnos en casos de necesidad. Por otro lado, la interconexión y la inmediatez que ofrecen las plataformas de colaboración remota no sólo son factores que agilizan el aprendizaje y lo vuelven más dinámico, sino que también son herramientas cuyo dominio implica el desarrollo de competencias para los maestros y, por supuesto, para los estudiantes, que pueden aplicarlas y profundizar en ellas durante su formación y su posterior vida laboral.
Las pantallas interactivas son la solución perfecta para un panorama educativo en el que se puede volver a las clases presenciales, pero se requiere seguir aprovechando los beneficios de la virtualidad. La ergonomía de su diseño las hace excelentes para un salón de clases, mientras que sus capacidades de conectividad permiten integrar en dicho salón una experiencia híbrida y multiplataforma.
Estas pantallas tienen todas las funcionalidades de un pizarrón tradicional, incluyendo la capacidad de ser usadas simultáneamente por más de una persona a la vez, ya que tienen varios puntos de reconocimiento táctil; sin embargo esto es sólo una pequeña parte de sus funciones. La multiplicidad de usos que tienen está a la altura de cualquier dispositivo electrónico, pero por sus dimensiones y su responsividad táctil, son especialmente útiles en el salón de clases.
Un punto clave de la interactividad de estas pantallas es que permiten hacer anotaciones sobre cualquier tipo de ventana; desde aplicaciones diseñadas propiamente para funcionar como una pizarra, hasta navegadores de internet y presentaciones. Además algunos programas de software permiten hacer estas anotaciones desde otros dispositivos, como teléfonos y computadoras, y proyectarlas en la pantalla para todo el grupo; lo cual tiene un gran potencial para fomentar la participación de los alumnos en clase. Al tiempo que se da una lección se puede buscar material de apoyo, como diagramas y videos; y se puede interactuar con éstos en tiempo real, haciendo de la clase una experiencia fluida y maleable que despierte el interés de todo el grupo.
De igual manera, las pantallas interactivas son compatibles con muchas plataformas de comunicación, transferencia de datos y otro tipo de servicios relacionados con las aulas, como son Zoom, Google Classroom, Google Meet, Kahoot!, etcétera. Esta característica les permite agilizar el ritmo de la clase, en una experiencia multiplataforma como la que cada vez más se está adoptando en aulas y oficinas de todo el mundo, y que le brinda a los estudiantes nuevas habilidades de resolución de problemas y de interacción con las tecnologías informáticas.
En el caso de las clases híbridas, no sólo existe la compatibilidad con el software, sino que este tipo de pantallas cuenta con potentes bocinas y micrófonos integrados, estos últimos diseñados específicamente para videoconferencias, de manera que pueden percibir la voz del profesor a una distancia relativamente larga, y filtrar el ruido ambiental. Igualmente, los programas de colaboración remota con los que cuentan funcionan en tiempo real dentro y fuera del aula, logrando así una clase verdaderamente integrada en lo presencial y lo virtual.
El regreso a las clases presenciales ha traído consigo nuevas consideraciones que pueden mover hacia adelante el paradigma de la educación. Hay muchos beneficios que se pueden obtener de la incorporación de nuevas tecnologías en el aula, y las pantallas interactivas son particularmente útiles en este respecto, ya que cuentan con con un sinnúmero de funciones que pueden convertir las clases en una experiencia dinámica, fluida y respaldada por la interconectividad.
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